SENSACIONES EXTRAÑAS

Esa mirada clavándose en mis ojos
aquella mañana de rutina pasajera,
se me estremeció hasta el  alma
y un pellizco en el estomago
reflejó en mis pupilas…

¡Al mismo demonio!

Hundiste  tu áspera lengua
hasta lo más profundo de mi ser,
mis entrañas sintieron el crepitante ardor
de tus papilas salivantes

Erguida frente a mi
absorbes mi último aliento,
y sellas mi boca para siempre
con tu velo negro

Enmudecida ante ti
me sobornas con tu engañoso beso,
y con tu aspecto de Diosa
me elevas un segundo al cielo
para un segundo después…
arrastrarme contigo hacia el misterioso infierno

Dejaste la huella de tu guadaña
en mi cuerpo desnudo, e inerte,
marcando  cicatrices en las llagas de mis huesos
y arrancándome  de cuajo la vida
con tu oscuro manto de muerte...

 A penas sin saberlo

No quiero pensar que me voy,
tengo miedo, si, demasiado
No es el momento de marcharme,
Aún ¡NO!

Me llevo tanta carga sobre mis hombros
Debo cumplir tantas promesas
Necesito despedirme de los que quiero,
no sería justo ni educado emprender este viaje tan largo
sin la oportunidad de un adiós

Echad mis cenizas al mar
No quiero jazmines negros,
ni lápida llena de lágrimas
¡No puedo, no quiero, no debo!
No es mi hora mujer de capucha y guadaña
Espera tan solo un instante,
al menos… un día, unas horas…
a que me crezcan las alas




© Luisa López Gómez