miércoles, 27 de febrero de 2013

SOMOS LIBRES

[...]

Observo detenidamente por una rendija;
hace tiempo que la Tierra dejó de ser plana,
la hierba ya no crece, - dejó de crecer -...
...

Unamos nuestras manos en blanco y negro,
- ya no existe el color en la Tierra -.

[...]

Fusionemos nuestras fuerzas ante lo injusto;
luchemos por la sonrisa perdida en los labios del pueblo,
renacer en el crepúsculo, distanciándonos del miedo.

Rompamos cadenas
¡sin ambages!, unidos voz y grito…

… y en los labios una sonrisa,
… y en las manos la esperanza
¡la esperanza de ser LIBRES!

Luisa López Gómez © /2013/ del poema: “Somos LIBRES”


martes, 26 de febrero de 2013

MI LADO MÁS SENSUAL

Me apetece quedarme a tu lado,
a solas contigo,
en nuestros labios la esencia
de una copa de vino y…
el humo de un cigarrillo ardiente
como el deseo de mis manos.

Deseo poseerte;
gozar la saliva de tu boca,
dejarte los labios morados
beberte, comerte,
desgarrarte la ropa…

Me encanta el olor que desprende tu ropa.
Cuando te marchas
queda impregnada en mi piel

besos, aire, nubes, rosas…
escalofrío y placer.

Respírame toda;
eriza mi piel
con el agua de tu aliento,
muerde, exprime,
saborea con tu lengua
el éxtasis de mi cuerpo...

Luisa López Gómez © /2011/ del poema: "Mi lado más sensual"

miércoles, 13 de febrero de 2013

CARTA DE DESPEDIDA



CARTA DE DESPEDIDA

Tremolan mis manos al escribirte esta carta;
sé, que siempre escribes versos hermosos pensando en mi,
pero hoy, soy yo el que quiere escribirte desde este paraíso en el que habita mi alma.
Necesito decirte lo mucho que te he echado de menos durante todo este tiempo,
lo difícil que fue morir sin ti, acostumbrarme a estar sin tu piel, sin tus labios…
pero supongo que, ha llegado la hora de dejarte marchar; nunca me gustaron las despedidas, (por eso me fui sin decirte adiós).
Deseo que seas feliz , (te lo mereces), me niego a que sigas siendo un garabato desolado.

Hay cosas que todavía debes aprender:

- Descorre el tupido velo gris que oscurece tus ojos, (no quiero más lágrimas).
- Respira tus sueños y expándelos.
- Encuentra otro cuerpo; abrígate con sus caricias y sus besos, (no te odiaré por ello).
- Ama cada latido, cada rayo de luz.
- Vive esta vida, te pertenece, (es absolutamente tuya).
- No me olvides, pero, (tampoco me extrañes).

Te esperaré en el otro extremo con una sonrisa,
y pensaré en ti, mientras escribes tus nuevos poemas de amor. 

Te quiero.

Luisa López Gómez © /2013/

miércoles, 6 de febrero de 2013

EL MEJOR POEMA



EL MEJOR POEMA

Mi mejor poema lo escribí; un día de invierno sentada frente al mar,
- siempre me inspiró el azul del mar -, el viento azotaba con fuerza a las olas haciéndolas romper con impetuoso vigor contra las rocas, mi bufanda se zarandeaba como una bandera ondeando en lo alto 
de un mástil, mientras las musas jugueteaban a despeinar mi cabello susurrándome sin cesar cada verso, 
- mi mano no podía dejar de escribir - y mis ojos, mis ojos clavados en el horizonte no dejaban de contemplar embelesados aquel hermoso paisaje qué...

Perdón, creo que me confundí de poema, ¡sí, ahora lo recuerdo bien!, mi mejor poema lo escribí; una tarde de otoño, con los ojos inundados de lágrimas, sin más compañía que, la de mi soledad y mi tristeza, escribía sobre las  hojas secas que caían de los árboles, mientras la oscuridad cerraba la luz del día atravesando mi corazón, pero éste, éste tampoco fue mi mejor poema, quizá sí, el más triste.

Tal vez mi mejor poema lo escribí; una mañana de domingo, era primavera y el olor a hierba recién cortada hacia volar mis sentidos tumbada junto a la orilla de aquel maravilloso río, recuerdo como el sol brillaba aquel día intensamente sobre el agua, y aquel ave posada en la senda, me regalaba su sonrisa,
 - parecía más feliz que yo -.
Comencé a escribir un poema que se llamó: “Gaviota”, pero de esto hace ya mucho tiempo, tampoco pudo ser mi mejor poema…

Quizá pudo ser una noche de verano; en la que la fiebre se apoderó de cada surco de mi cuerpo, la piel me ardía, y mi mente desvariaba imaginando hermosos versos.
El chasquido de la lluvia sacudía mi ventana,  pero yo, yo sabía perfectamente que era la inspiración la que no cesaba de golpear queriéndose cernir entre el calor de mis sábanas. Cuando desperté, no recordaba ni un solo verso, y el numen se había esfumado.

Sinceramente pienso qué, el mejor poema nunca llegará a estar escrito, porque el poeta cuando cree que ha conseguido escribir su mejor poema, se exige más a si mismo en el siguiente, y en el posterior a éste, y así sucesivamente con la entrega total de superarse y llegar a conseguir el poema perfecto jamás encontrado.
Lo que si sé sin duda alguna, es que, éste, no es mi mejor poema.

Luisa