cansado de andar por la vida,
vuelve atrás tu mirada
Quizás un día fuiste alguien
con planes de futuro y,
sueños de almohada
Mueve las agujas del reloj
y retrocede en el tiempo
Hombre de traje y corbata,
tal vez con hijos y esposa,
un trabajo de diario,
periódico en mano…
… café, de temprano
Joven de vida propia,
el destino te jugó una mala pasada
y se cobro tu derrota
Viejo,
asqueado de divagar por el mundo,
te convertiste en manivela de organillo
!Moribundo!...
en la puerta de cualquier estación de metro
Con lluvia, calor, o frío,
aborreciendo el hastío que te produce la calle
Ojeando la limosna de unas míseras monedas
mientras tocas la melodía de tu antiguo organillo
y, te fumas tu pitillo...
Viejo...
que un día fuiste alguien
Es solo la posible historia de este viejo vagabundo que se sienta en la puerta de la estación de metro cercana a mi trabajo tocando su antiguo organillo dejando escuchar típicas canciones de época y alegrándonos el paso. Quizás un día fue una persona con vida propia como cualquiera de nosotros, y es que el destino nos puede jugar una mala pasada en algunas ocasiones.
Luisa López Gómez
(17- 12- 2010)
Todos los derechos reservados

Un placer leerte, Luisa. Desconocía tu blog.
ResponderEliminarUn beso.
Muchas gracias, María por seguirme.
ResponderEliminarUn beso enorme para ti.