Llega el otoño
y con él,
mis días tristes
llenos de melancolía.
La lluvia se refleja en mis ojos
que se inundan de lágrimas
transformándolos del azul violeta
a un gris desolado.
Empiezan a caer las hojas
como se cae mi alegría.
La oscuridad
cierra pronto los días
y mi corazón se cierra
en los días de oscuridad.
El frío penetra
por cada poro de mi piel
traspasándome hasta el alma,
congelando... mi soledad.
© Luisa López Gómez
Septiembre-2010
Precioso poema siempre nos atrapa la melancolía de los otoños a pesar de la belleza inmensa de sus colores.
ResponderEliminarMe encanta, un beso
Gracias nuevamente, Ana, por pasearte por mi blog y dedicarme tu tiempo.
ResponderEliminarMe alegra que te guste.
Besos querida amiga.
No es mala la melancolia pero nos dejes que te invada la tristeza, mira el cielo otoñal al atardecer, espero que ese regalo para nuestra vista consiga arrancarte una bella sonrisa.
ResponderEliminarPrecioso poema.
tristemente precio.
ResponderEliminarfelicidades
Muchas gracias Yolanda, Paco.
ResponderEliminarPlacer inmenso teneros por aquí.
Un abrazo!!
Triste y hermoso.
ResponderEliminarUn abrazo
Me alegra que te guste, Blanca.
ResponderEliminarGracias por quedarte en mi espacio.
Besos.