Esta mañana salí de casa al despuntar el día,
la luna seguía ahí, difuminada,
con su luz blanquecina sobre el nebuloso cielo,
poco a poco fue perdiendo su intensidad
hasta desaparecer por completo.
la luna seguía ahí, difuminada,
con su luz blanquecina sobre el nebuloso cielo,
poco a poco fue perdiendo su intensidad
hasta desaparecer por completo.
He girado la mirada hacia atrás, con impaciencia,
sé, que no volveré a besar tus labios
hasta que nuestros ojos divisen juntos,
la próxima luna...
Nuestra Luna.
sé, que no volveré a besar tus labios
hasta que nuestros ojos divisen juntos,
la próxima luna...
Nuestra Luna.

ains...la luna!! nuestra cómplice de todas las noches, incluso cuando está escondida...
ResponderEliminarmil besos!!
La Luna y su misterio...
ResponderEliminarGracias, Laura, por pasarte por mi rincón de sentimientos.
Beso grande!
A fin de cuentas, todo poeta es un lunático que pospone la resolución de sus emociones siempre para la siguiente Luna, y siempre es la siguiente y nunca la Luna de nuestra noche.
ResponderEliminarUn abrazo grande, Fabio!!
ResponderEliminarLuna y besos, que mas se puede pedir?
ResponderEliminarSeguro que merece esperar la proxima.
Un placer visitarte.
Besos almendrados ;)
Un placer tu visita, Tey, gracias!
ResponderEliminarAlmendrados besos ;)