A todas las victímas de los desahucios,
que desgraciadamente no encuentran otra salida que, el suicidio.
que desgraciadamente no encuentran otra salida que, el suicidio.
Una mascara de mármol
envuelve un rostro lívido
y demacrado, (blanco).
El desahucio abofetea sin piedad
tras la puerta de las miserias;
mordiendo tu propia sombra
y precintando tu destino (gris)
Bocanadas de latidos
vomita mi boca,
frente a un corazón exangüe y ajado
cansado de latir, en (rojo)
Mis pupilas…
dilatadas en (negro)
ante un cuerpo sin vida
que reposa en el asfalto
de una calle sin nombre.
Luisa López Gómez
Del poemario: "La vida prosigue" /2013/
Sí, Luisa, lo que dejas entrever en tu poema, es la pura realidad; una realidad que, por desgracia para los que la sufren, humilla y hunde más, al ya tan hundido y humillado ser humano.
ResponderEliminarVivir para ver
Malditos sean los desahucios
que dejan al pobre en la calle;
los arrastran y mangonean
como si no fuera nadie.
Sólo las grandes fortunas
son los amos de la calle;
en sus casas y bien cubiertos
y sin que nada les falte.
¿”Dios mío... Dónde estás!
Te busco y no te encuentro.
Mi casa..., ya no la tengo
y vivo de la caridad”.
¡Sí, Alfonso!, desgraciadamente así es,y hasta cuando continuará esto? es la pregunta que todos nos hacemos...
ResponderEliminarUn abrazo solidario.